Por: Evelia Peralta y Rómulo Moya Peralta

Se están produciendo cambios de paradigma, el ser humano ha dejado de ser el centro del universo (antropocentrismo) para empezar a reconocerse como parte de la naturaleza. Esto cambia notablemente el enfoque de la arquitectura y del urbanismo, las circunstancias particulares a nivel mundial se suman a la crisis generalizada por la inequidad social en las respuestas para los espacios de habitar en todas sus escalas y funciones. Desde enfoques totales a propuestas parciales, en todas las direcciones en el planeta se plantean alternativas sobre la manera de vivir en las ciudades, buscando reconectarse con la naturaleza desde una visión sistémica y una comprensión del respeto a los derechos de todos los seres humanos a disfrutarla y proteger su supervivencia que es la nuestra. Algunos se dirigen a estrechar esos lazos desde diversos ángulos, culturales, históricos, ecológicos... que contemplan la superación de las rigidez y segregación funcional, dimensional, constructiva y espacial, para lograr flexibilidad, adaptabilidad, movilidad y reversibilidad. Otros aspiran a maneras de participación inclusiva que sostengan la vitalidad y cualidades deseadas, que incorporen un uso más racional de los recursos, agua, aire, tierra, luz y calor. Unos aspiran a elevar densas comunidades ecológicas verticales o extendidas comunidades ecológicas horizontales recreando naturaleza e interrelación. Otras pretenden el reciclaje de espacios urbanos, edificios y materiales. El conjunto muestra la diversidad de maneras de concebir y hacer, que construyen formas funcionales, adaptables y poéticas.